VACACIONES!!!!!...... ¿Y AHORA QUÉ HACEMOS CON NUESTROS HIJOS?
Ya se acercan las vacaciones de verano y esta es
la pregunta más frecuente que nos hacemos. También aparecen con ella las eternas dudas sobre qué hacer con
nuestros hijos en este largo periodo estival, máxime cuando la mayoría de los
padres están trabajando y no pueden atenderlos correctamente… ¡esa tan
manida llamada CONCILIACION FAMILIAR que
nunca llega y que cada vez nos parece más utópica!
Siempre tenemos sentimientos encontrados… porque somos
conscientes que durante el curso escolar hemos sometido a nuestros hijos a
extensas agendas y a horarios casi “laborales” y por otro lado también sentimos
que deben descansar y desconectar si
queremos que afronten el próximo curso
con ilusión y energías renovadas. A esto
habría que sumar que esta nueva situación en la que nos encontramos año tras
año no parece justificar ni argumentar
un cambio fuera de nuestro ámbito estrictamente privado, es decir, dentro del mundo empresarial esta nueva
situación nunca es contemplada por nuestros jefes y por tanto sería difícil
modificar nuestros hábitos y horarios laborales en función de esto.
¿Qué planes
tenemos para ellos durante este tiempo? ¿Cómo debemos enfocar las actividades de
nuestros hijos? La respuesta no es fácil. Plantear
y organizar la agenda de nuestros
hijos para que sea lúdica,
estimulante, constructiva,
formativa, ociosa etc.,
es un tanto complejo, sobre todo, cuando entran en esta decisión otros
condicionantes como horarios,
fechas, compatibilidad con nuestro
trabajo y claro está algo tan importante a tener en cuenta sobre todo en estos tiempos como es la economía doméstica.
De forma general,
revisando las diferentes opciones que adoptamos los padres, vemos que
todas tienen sus ventajas e
inconvenientes y brevemente vamos a revisar algunas de ellas.
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En
ocasiones acudimos a reubicar a nuestros hijos más pequeños en sus antiguas
guarderías que nos proporcionan un horario flexible y por lo general solo
cierran una quincena durante el verano y
así resolvemos gran parte de nuestro
problema y cubrimos casi la totalidad de las vacaciones.
El inconveniente más importante es obvio; nuestro hijo protesta cuando convive con
niños más pequeños que él y no se siente ubicado dentro de ese ámbito.
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Otras
veces decidimos, después de una buena
prospección para asegurarnos unos mínimos en calidad, inscribirlos en campamentos (urbanos o campestres) que en la mayoría de los casos cubren ampliamente
nuestro horario laboral. En esta ocasión, nuestros hijos vuelven a horarios parecidos
el resto del año académico aunque con
cierta flexibilidad y de alguna manera vuelve a someterse a una agenda aunque
esta vez tenga un carácter más lúdico. El inconveniente, en este caso, es que
tus hijos se resientan de tanta actividad programada porque en cierto modo y
según algunos psicólogos y pedagogos los
niños tienen que enfrentar también vacíos de tiempo para organizarlo y decidir sus preferencias en el uso de éste. Además esta
opción solo es para unos pocos porque normalmente
los precios son tan elevados que puede
que no nos quede presupuesto suficiente para poder disfrutar
de unas merecidas vacaciones en familia.
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También
los colegios y polideportivos ofertan actividades para los niños durante el
verano que suelen ser opciones más económicas
pero su programación no suele cubrir los horarios habituales de una
jornada laboral y por tanto descartable por el sector de padres que trabajan a
menos que se contrate a otra persona para que cubra esa diferencia de horario.
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Pero
si lo que queremos es intentar
economizar nuestro verano o bien quedarnos tranquilos y confiados solemos
delegar en la familia; más concretamente en
los abuelos. Esta opción es muy recurrida y a veces abusiva porque obligamos a
nuestros familiares, a veces de avanzada
edad, a mantener un ritmo y una agenda
difícil de cumplir para ellos (¡ya resulta difícil para nosotros!). Y no
solo esto, sino que también les “hipotecamos” todo el verano sin opción a poder
elegir qué hacer con su tiempo.
Vistas algunas de las opciones que con más frecuencia elegimos, cabría
preguntarse ¿por qué no hay una
infraestructura social que contemple esta REALIDAD que se repite año tras año?;
¿Acaso cuando llegan las vacaciones de verano de nuestros hijos, los padres
también podemos adecuar nuestros horarios de trabajo y disponibilidad? ¿Cómo es
posible hacer y conciliar la vida familiar y profesional durante este periodo?
¿Por qué esta coyuntura no se contempla
por parte de los organismos oficiales-políticos?
A veces, nos
encontramos con situaciones de mucho estrés. Padres y madres que o bien no tienen medios económicos o bien
no tienen familiares cerca para poder solucionar esta situación. O incluso, no
pueden coincidir en sus vacaciones porque tienen que turnarse para quedarse al cuidado de sus
hijos. Situación que conlleva muchas tensiones porque después de todo un año no
poder disfrutar de la pareja o de la familia resulta muy indignante.
En resumen, estamos ante una sociedad que ha
cambiado mucho y la mujer está cada día más incorporada al mundo laboral, este hecho no ha ido acompañado de los
cambios de infraestructuras y servicios que resulten satisfactorios para todos.
Llegado a este punto, no
puedo evitar preguntarme por estos eslóganes tan frecuentados por los políticos
como…. SOCIEDAD DE BIENESTAR, CONCILIACION FAMILIAR, CALIDAD DE VIDA, ETC. He
de confesar que me sugiere un cierto grado de indignación pensar que nos
bombardean con este tipo de reclamos electorales y después nuestra realidad es
otra. En una sociedad del siglo XXI,
donde se supone que los avances de la
Humanidad nos están aportando más bienestar,
todavía tengamos estas deficiencias. No estoy en contra del progreso,
pero sí creo que el avance debe estar al servicio de las personas empezando por
su entorno más inmediato. De nada me
serviría poder ir a veranear a la luna (ya hay lista de espera) si llegado el
caso, me tengo que plantear llevar a mi hijo a mi lugar de trabajo como hacían
nuestros antepasados prehistóricos… ¿DONDE NOS ENCONTRAMOS? Habría que
reflexionar y exigir cambios al respecto.
Espero haber contribuido con este artículo a que nos concienciemos para exigir más soluciones
accesibles para TODOS y que nuestros hijos puedan pasar un verano
como merecen.
María Álvarez Almarcha
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